viernes, 24 de noviembre de 2017

Al Límite



Una de las cosas que hacen que la relatividad general (RG) y la mecánica cuántica (MC) estén en desacuerdo es la manera de ver el tiempo que tienen cada una de las dos teorías. Con el descaro que me caracteriza, voy a utilizar las diferentes formas que tienen cada una de ellas para intentar encontrar un nexo entre ellas y, de paso, aprovecharlo para meter mi visión de la cosmología como consecuencia de esta unión.

Comenzando por la MC, hay una interpretación que da la electrodinámica cuántica que es muy curiosa. Según esta teoría, la antimateria se puede considerar como materia que “viaja” hacia atrás en el tiempo. Por otro lado, según la visión de la RG, se puede considerar que la luz solo se desplaza a tiempo constante. Con todos estos datos podemos dividir el estado de una partícula en su línea de universo según se desplace en el tiempo. Si se desplaza en tiempos crecientes es materia, si lo hace en tiempos decrecientes es antimateria y si su tiempo es constante, tenemos luz.

Ahora consideremos un modelo como el que se ha propuesto en las anteriores entradas en las que el universo se curva en su dimensión temporal hasta cerrarse. No nos importan ahora los detalles concretos sobre la geometría de las componentes espaciales del modelo, solamente que de alguna forma el tiempo se curva hasta cerrarse. Para facilitar entonces la comprensión de la idea, supongamos que el tiempo describe una curva en forma de circunferencia. Para cada instante temporal, podemos encontrar que existe un instante, futuro o pasado en el que el tiempo nos parece que viaja en sentido contario en su camino hasta cerrarse. Desde este punto de vista, lo que encontramos, por así decirlo al otro lado del tiempo, es un universo compuesto mayoritariamente de antimateria. También existen dos momentos particulares en los que parece que las partículas que componen el universo se desplazan perpendicularmente. En estos instantes podemos identificarlas como que todo se compone de luz.

Para hacerlo más fácil lo mostraremos con un dibujo.




La línea verde con flechas representa el tiempo. Como se puede ver, en un instante determinado, nos vemos en el punto en el que se ha señalado como MAT, en el que el universo está compuesto mayoritariamente de materia, en el punto diametralmente opuesto (MAT) compuesto de antimateria y dos instantes situados a 90 grados, donde los percibimos como luz (LP luz del pasado y LF luz del futuro).

Pero lo que considero más interesante es que toda esta visión es solo un espejismo. La realidad es que en todos los momentos individuales tenemos la misma visión. Solo es una cuestión de perspectiva. Siempre, estemos en el momento que estemos, consideramos lo que nos rodea como constituido por materia ordinaria, y los otros puntos determinados como antimateria o como luz.

Quiero destacar que en el gráfico anterior he representado los instantes particulares del espacio como esferas indicando que también el espacio se curvaría sobre sí mismo hasta cerrarse. Por supuesto, en este gráfico también tenemos que considerar que el espacio estaría representado solo por la superficie de las esferas, habiendo tenido que prescindir de una dimensión para poder visualizarlo tridimensionalmente.

También quiero llamar la atención sobre la luz que aparentemente vendría del pasado. Hay que recordar que cuanto más lejos miramos en el espacio, vemos más atrás en el tiempo. De esta forma, podemos encontrar una distancia a la que nos parezca que el universo está compuesto de luz, en este caso, la representada en el gráfico con la esfera LP.

Intencionadamente la he representado de un color rojizo y hago una suposición por la que la luz del futuro tendría una coloración desviada hacia el azul. Claro, que este extremo es de momento imposible de asegurar dado que no somos capaces de ver hacia el futuro, o sea, hacia delante en la línea temporal. No quiero de momento hacer conjeturas sobre la causa de estas derivas en frecuencia de la luz recibida, pero podría estar relacionada, como expliqué en alguna entrada anterior, con la propia deformación de la luz debida a la propia curvatura del tiempo.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Pongamos un poco de orden

Después de un largo parón he decidido que tengo que salir de un bloqueo de lo más tonto. Todo empezó con una idea sugerente que debía madurar antes de publicarla. Luego, una cosa me llevó a otra y surgieron otras ideas interesantes, pero que ponían algo en dificultad la idea primitiva. ¿El resultado? Pues que no resolví el primer tema y me quedé atascado en el segundo. Típico en mí. Así que he considerado que la mejor manera es volver a comenzar desde un principio y poner un poco de orden en ciertas ideas inconexas que no han quedado explicadas a mi gusto.

Así que empezaré con un análisis de cosas que se han quedado cojeando e intentaré corregir algo los conceptos que se necesitan para desarrollar las nuevas ideas que seguirán a continuación. Pero calma, como siempre, iremos poco a poco.

En la entrada Ecuaciones para un universo, en la que calculaba unas posibles ecuaciones para la geometría espacio-temporal del universo, creo que me quedé corto. Lo empecé a ver claro cuando intenté explicarlo gráficamente en la entrada ¿Problemas de visualización? Para ello empleé un diagrama de inmersión en el que se reducían las dimensiones para ser capaces de visualizar tridimensionalmente un modelo del universo donde se pudiera apreciar la dimensión de carácter temporal. Pero no me di cuenta al desarrollar las ecuaciones que cuando representé un universo que se curva espacialmente hasta cerrarse, tiene que hacerlo dentro de una dimensión adicional. Por eso, al dibujar el toro que representaba mi modelo, en cada instante de tiempo todo el espacio está representado por una circunferencia. Y eso significa que en ese instante todo el espacio está representado por una curva monodimensional curvada en una dimensión superior. También, aunque ya contaba con que en un diagrama de inmersión se perdía alguna de las dimensiones, en realidad estaba perdiendo dos. Por ello las ecuaciones del hipertoro de cuatro dimensiones no son suficientes para representar el universo, sino que necesitamos cinco dimensiones. Podemos proceder como hemos hecho hasta ahora, dando una vuelta más de tuerca:

x = (R + r cos φ) cos θ cos δ cos ζ
y = (R + r cos φ) cos θ cos δ sen
ζ
z = (R + r cos φ) cos θ sen δ
w= (R + r cos φ) sen θ
v = r sen φ


Si volvemos a hacer φ = ict

x = (R + r cos ict) cos θ cos δ cos
ζ
 y = (R + r cos ict) cos θ cos δ sen ζ
 z = (R + r cos ict) cos θ sen δ
w= (R + r cos ict) sen θ
v = r sen ict

y recordamos que en la entrada anterior dedujimos que:

cos ict =  cosh ct
sen ict =  i senh ct

Por lo que definitivamente tenemos:


x = (R + r cosh ct) cos θ cos δ cos
ζ
y = (R + r cosh ct) cos θ cos δ sen ζ
z = (R + r cosh ct) cos θ sen δ
w= (R + r cosh ct) sen θ
v = i r senh ct


No considero que se gane mucha comprensión sobre la física de este modelo, pero al menos, creo que las ecuaciones son más correctas que en el modelo anterior.

Pero realmente no era esto lo que más me preocupa, sino una interpretación más física que matemática. Pero eso lo dejaré para la siguiente entrada.