sábado, 1 de marzo de 2014

Y ¿cómo es posible? (1)


Como ya explique en la entrada anterior, después de un descanso, tocando asuntos más fáciles de entender, y por tanto de explicar, vuelvo  a la carga con uno de esos temas por los que empecé a escribir aquí. Intentaré explicar una de mis chorrideas intentando dar una explicación alternativa sobre el Universo.


Pero ¿por qué esa manía de buscar explicaciones complicadas? Bueno, por un lado a cualquiera le gustaría pasar a la Historia como un tipo importante, como Einstein o Newton en el campo que estoy tratando, y a estas alturas no se puede explicar nada nuevo si no es con una idea lo suficientemente estrambótica como para llamar la atención. En ese sentido no tengo nada que hacer; las diferentes ramas de la Ciencia se han vuelto tan sofisticadas que es muy difícil decir algo nuevo desde la ignorancia de un profano sin ser una chorrada a la que ni siquiera se la mire de reojo. Por otro lado (y sinceramente es mi caso), con razón o sin ella el problema es que no me gustan los infinitos en nuestro Universo. Y creo que a casi nadie. Hoy día es posible que se acepten más alegremente, pero a los que tenemos un perfil más clásico nos repatean. Por eso buscamos desesperadamente alternativas al Big Bang, al interior de los agujeros negros, al Universo en expansión acelerada y a cualquier idea por la que asome algún infinito. ¿Qué le vamos a hacer?

Como la idea es bastante complicada de explicar (espero que sea más fácil de entender) probablemente tenga que hacer la exposición en varias partes, para no cansar y para darme un poco de vidilla y poder expresarme con la mayor claridad posible y no se me pierda nadie, yo el primero.

 (Advertencia: se recomienda el uso de analgésicos antes de leer).



Partiremos de la noción de que el Universo es (como últimamente se sugiere a menudo) cerrado pero sin fronteras. La forma de simplificar esta visión es la de imaginar un mundo bidimensional con estas mismas características, por ejemplo la superficie de una esfera. Ojo, solo la superficie, porque consideramos un mundo bidimensional. Para los hipotéticos habitantes de este mundo no tiene sentido decir que el mundo se curva en una dimensión superior, pero si viajan en una dirección cualquiera, sin desviarse, acabarían en el punto de partida. Análogamente se explica que si en nuestro Universo, que percibimos como tridimensional, viajásemos en una dirección concreta sin desviarnos, podríamos acabar en el mismo punto del que salimos. Sí, ya sé que el Universo es demasiado grande para recorrerlo en un intervalo razonable de tiempo, pero estamos en un experimento mental, como decía Einstein. Para el que tenga vértigo pensando en estas escalas de espacio y tiempo podemos imaginar que todo el universo está en la habitación en la que estás y que es todo lo que existe. Ves que un amigo está contigo en el centro de la habitación y decide irse hacia un extremo. Llega un momento en el que lo ves desaparecer en esa dirección y aparece por el lado opuesto y al cabo de otro rato llega a tu lado. Eso sucede en cualquier dirección que elija, delante, detrás, derecha, izquierda, arriba, abajo y cualquier combinación de todas éstas. Ahora bien, si piensas que estás en el centro de la habitación estás equivocado, porque tu amigo en el momento que estás más alejado te ve en un extremo y él se ve en el centro. Y eso vale para cualquier punto del Universo. Cosas de la Relatividad...



Hasta aquí la parte fácil.

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